
Porque no tienes que madrugar, y si tienes que hacerlo porque trabajas, no pierdes el tiempo de transporte. Porque te puedes poner tus propios horarios. Te levantas, sonríes, con o sin razón. Recoges tu hogar, porque si todo está en orden, tú también lo estarás. Haces un poco de ejercicio, lo que quieras y puedas, porque es necesario para despertar tus neurotransmisores, y tus endorfinas. Vuelves a sonreír, seguramente, ya hayas encontrado alguna razón para hacerlo.
Tras todo esto, me he duchado con mi jabón favorito, ese transparente que deja tu piel perfecta y que no tiene olor, porque solo limpia. Me he puesto mi ropa limpia(no el pijama, ropa). Me he puesto mis cremas por lo que mi piel ya no está tirante…y mi perfume favorito. Y he sonreído. Porque me he sentido bien.
Son las doce del mediodía de un maravilloso y soleado lunes de Pascua, y tengo tiempo de escribir, de leer, de cocinar, de bailar, dormir siesta, ver pelis, de disfrutar de los míos…de buscar un rayo de sol allá donde esté; y de videollamada con la familia, que es el mejor momento del día.
Porque cuando salgamos, escribiremos menos, leeremos menos, cocinaremos menos, dormiremos menos: lo cambiaremos por abrazos, conversaciones pendientes…
Porque nadie nos dio a elegir, pero, piensa, si lo hubieras podido hacer: entre estar en casa A SALVO, y salir a un ambiente contaminado ¿qué hubieras elegido?
Que pases un buen día.
Besos
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