
He leído mucho sobre esta noche que no hemos podido disfrutar en la playa, como cada año hacíamos. Pero lo que más me sorprende, es que este año que no se podía, he visto más escritos y fotos que nunca sobre la magia de la noche más corta del año.
Aunque pensaríamos que se trata de una noche «religiosa» (pues se celebra el nacimiento de San Juan Bautista), esta noche está repleta de símbolos paganos y supersticiosos. De hecho, en muchas de las imágenes que he visto estos días, aparecía alguna que otra bruja cruzando la preciosa luna sobre una escoba.
¿Por qué?
Recordemos que en un principio los hombres regían sus vidas por el Sol. En un momento determinado los días se hacían más cortos, de forma que empezaron a hacer rituales para no quedar en penumbra, acompañados de celebraciones cuando el Sol volvía a brillar con fuerza. Este es el origen de la NOCHE DE SAN JUAN.
La llegada del solsticio de verano representala llegada del Sol, de la vida, la luz, el calor. Atrás queda el frío invierno.
Con la llegada del cristianismo, la Noche de San Juan se continuó celebrando, pero perdió su carácter mágico y adoptó un nuevo significado.
El rito más antiguo que yo conozco, es saltar las olas. Después, saltar las hogueras.
Este año, ni una cosa ni la otra. La playa vigilada por las fuerzas del orden.
La magia de la playa con el reflejo de la luna, el fuego calentando los corazones, la alegría de la gente celebrando…
Otro año será.
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