Días de edredón.

De no salir.

De acurrucarte entre el mullido cobijo de una manta.

De solo pensar.

Cuando no se habla, cuando solo se piensa, se piensa más. Y mejor.

O el edredón, escondida de la luz, del ruido. De todo.

Al calor sanador del hogar. De las caricias.

Es de día pero hago como que duermo. Y mi cabeza da vueltas a diferentes temas. Enlazando uno con otro.

Qué bonito sería poder estar así siempre que quisiéramos.

No sólo cuando estás enferma.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑