
2020: te doy la espalda, pero no te pierdo de vista.
Contigo aprendí que se puede renunciar a todo.
Que no dar besos es señal de cuidado.
Que se puede dar y recibir amor, aunque en la distancia.
Que se puede perder, pero no olvidar.
Que se puede adivinar una sonrisa, aun con la boca tapada.
He aprendido tantas cosas contigo, que me las llevo en la maleta.
Las cargaré siempre para no olvidarme.
Porque a veces obviamos que la muerte es parte de la vida.
Y vivimos a medias.
¡Cuántos abrazos nos habíamos dejado por dar, que ahora echamos de menos!
2021, te doy la bienvenida desnuda, expectante, aprendida.
Porque nunca seremos más conscientes de la vida, que cuando la muerte estuvo cerca.
Dedicado a mi iaia, que ya no está. Iaia, te echo de menos. Echo de menos ese último abrazo. Y tus besos, que sonaban fuertes en mi mejilla.
Deja una respuesta