
Una amapola roja.
Muchas.
Una espiga de trigo
entre una multitud.
Vuelvo a mi origen.
Contemplo a ras de suelo,
constato la amplitud de lo que queda sobre la línea que marca el horizonte.
Todo lo que puedes poseer.
Todo lo que puedes ser.
Tomar lo necesario para reconstruir un alma
quebrada.
Para luchar.
Para seguir.
Para detenerme
si es preciso.
Pequeños momentos que completan y alimentan.
Unas amapolas rojas y un trigo verde blandiendo.
Tu pluma Estela Bella, siempre emociona mi corazón y más aún cuando mi corazón galopa por los mares de la tristeza… Un gran abrazo
Mi niña haciendo grande lo pequeño.
Muchas gracias, siempre ahí apoyándome, loviu!!!