Cuántas veces al empezar a escribir me viene a la mente ese primer verso:
«Puedo escribir los versos más tristes esta noche…»
Y es contradictorio, porque lo que en realidad siento es felicidad.
Una de mis amigas ha recibido unas cajitas que me encargó, y estaba tan contenta ella…tan contenta yo…
Hemos hablado de nuestras cosas, de lo que nos echamos de menos …de los buenos tiempos.
Al poco rato, una amiga que no veo desde hace tiempo, ha hablado en un grupo en el que somos tres. Que nos quiere…que ha salido a comer con amigas y nos ha recordado…y he sentido tantas ganas de abrazarla…
Y mira que me he reído, porque nos ha dicho muchas muchas cosas con el micrófono en silencio, y ella no es muy pródiga en hablar de sentimientos, pero hemos intuido que nos decía mucho, porque se ha puesto muy seria y con ojitos brillantes.
¿Cómo se puede sentir una contenta y triste a la vez?
¡Qué bonito es querer! Y qué largo es el olvido…y que así siga siendo. Porque el recuerdo es lo que nos mantiene vivos. La melancolía es lo que nos hace saber que pronto todo volverá.
Estela Melero Bermejo 
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